
¡He vuelto!
Por fin me dejo caer por aquí, y la verdad es que por un momento pensé que las plantas rodadoras y las telarañas me iban a vencer pero a cabezón no me gana nadie.
No os imaginaríais lo muchísimo por lo que he pasado en todo este tiempo que he estado más desaparecido, y es que 2018 no se podía ir sin seguir dando vueltas a mi vida y dejándome más perdido que un pedo en un jacuzzi.
No os preocupéis, que estos días voy a hacer más post con la de cosas que me han pasado (que no han sido pocas), pero antes te lo voy a resumir un poquillo. Para variar me he seguido metiendo en proyectos, y cada día se me ocurren dos proyectos más en los que liarme, he recuperado las ganas por entrenar y las he abrazado como si fuesen un viejo amigo al que hacía tiempo que no veía. Y por primera vez en mi vida, he empezado un nuevo año sin expectativas, sin esperar ningún momento en especial y disfrutando todos como lo que son, únicos.
La verdad es que estoy llevando mi vida por un camino realmente bueno y cada día que pasa me sorprende lo feliz que estoy siendo de vivir este viaje y de estar rodeado de gente que me quiere, y a la que obviamente amo con todo mi ser. Joder… ahora mismo soy un ser de luz, y un poco insoportable por ello, pero sinceramente me siento increíble y lo quiero compartir con el resto del mundo.
Si has leído esto estate pendiente que este finde me voy a poner al día contando cositas.
Como detalle final decir que he buscado en Google «plantas rodadoras» y he descubierto que se llaman Estepircursores a las plantas que viven en zonas esteparias o eriales y que al secarse el viento las arrastra mientras van dispersando sus semillas. Acojonante.