
El extraño sabor de la libertad.
Y por fin terminó.
Tras 4 largos y maravillosos años he conseguido graduarme en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (palmaditas en la espalda para mí), pero… ¿y ahora qué? Es raro porque por fin soy libre, pero no me siento distinto.
Este último mes de universidad ha sido mortal, llegando a niveles de estrés y de ansiedad que no conocía y ahora que ha terminado, no siento alivio. Es cómo si me faltase algo, me paso el día en estado de alerta. Han pasado dos semanas desde que me gradué y no puedo estarme quieto, estoy buscando todo el rato cosas que hacer que me mantengan ocupado porque si me paro me siento raro.
No se si es el hecho de que necesito mantenerme ocupado o que por primera vez en mi vida siento que tengo yo el total control de mi vida, y eso me asusta un poco, es decir, siempre había seguido un poco el camino que me iban marcando. Cuando acabé el instituto tuve que pasar a bachiller, y claro, «estudia ciencias que es lo que más puertas te abre», después busca una carrera que te guste, pero que a la vez tenga salidas, y me movía por inercia, simplemente seguía la corriente.
Pero ahora no hay más camino, ahora estoy en mitad de un océano enorme y hay mil corrientes que seguir. El paso que viene después es buscar un trabajo, pero eso es algo que empecé a hacer con 16 años. Me impresiona un poco la altura que siento (clara referencia a mi vértigo mortal), es decir, ya no soy un crío y ahora tengo la sensación de que se espera que tome decisiones maduras y que viva con los pies en la tierra. Y creedme, no paro de soñar y mi cabeza pasa mucho tiempo en las nubes (sólo hay que ver mis planes de futuro).
En parte creo que es la incertidumbre de si seguiré o no el camino correcto lo que me pone nervioso, por eso he vuelto a pegar post-it por toda mi habitación con proyectos que quiero llevar a cabo este verano. Porque si no estoy centrado en algo empiezo a notar todas esas decisiones sobre mí, y vuelvo a lo que me ha pasado siempre. Yo soy mi peor enemigo, y siento que se espera de mi mucho, lo que deriva en que me ponga mucha presión a mi mismo encima.
Escribiendo este post he borrado y repensado mil veces cada cosa que decía porque no se por donde empezar. Y aunque parezca una tontería el sentarme con mi música a escribir sobre esto, y el enfrentarme a mis pensamientos, me ha ayudado a darle perspectiva al problema. Aunque esto no lo lea nadie, yo soy feliz dejándolo por escrito
Esto es lo que siento sobre la libertad cuando terminas la carrera, es lo más parecido a estar flotando en mitad del océano, y o bien haces las paces contigo mismo y buscas tu propio camino, o simplemente te dejas llevar por la corriente.
Con todo esto, he podido decidir que el mayor proyecto de este verano va a ser conocerme mucho más a mi mismo. Y me prometo parar de vez en cuando a respirar, que siempre es una buena opción.
Pido disculpas por lo caótico que es el post, pero oye, así practicáis agilidad mental.